viernes, 21 de junio de 2013

En un abrir y cerrar de ojos


El pibe venia mal...Fueron muchos golpes juntos,imposible de soportar hasta para el más férreo de los guerreros.
"Yo estaba preocupado por él hace meses.Siempre fue de cortarse un poco del grupo,era difícil de entender,pero a la vez muy fácil de querer",explica David, su mejor amigo."Nos conocíamos desde jardín",agrega.
Sebastian Trobytz,tenia solo 23 años,pero todo un prontuario de logros obtenidos,y fracaso vividos.El problema es que se compenetraba mucho.Cuentan sus amigos,que cuando se enfocaba en conseguir algo,"se volvia ciego".Dejaba todo por ello.Y los golpes,le dolían muchísimo.
Pero,ninguno de sus amigos,ni sus padres,encuentran explicación para lo que pasó...
"Era un luchador",dice Romina,amiga más cercana.Cuando algo no le salía,quería volver a hacerlo cuanto antes.
Se había recibido hacia un año.Estudió Lingüística,tenia un hijo,y conservaba los amigos de la infancia.
El pibe superó la muerte de su padre,y perder la visión de un ojo en un accidente cuando trabajaba de repositor. Era un luchador.Le gustaba mas las situaciones adversas que las simples.
Sin embargo había algo que no pudo superar.Algo que siempre lo hacia llorar.Pero nunca dijo qué era,qué lo ponía tan mal.Nunca buscó ayuda ni se lo contó a nadie.
Aquella tarde,hace ya 2 años era hermosa:hacia mucho frío,pero había un sol primaveral.La gente se había amotinado en el parque España en familia,con amigos,o en pareja a tomar mates.Otros,solos,se encontraban leyendo.
Sebastian había salido a caminar desde su departamento ubicado en San Juan y 1ro de Mayo, llorando,con los ojos hinchados.Nadie podía ayudarlo,porque nadie sabia lo que le pasaba.Siguió caminando hasta el Club Mitre,en la parte de arriba.En el camino se encontró con una vieja amiga,cruzaron pocas palabras y se marchó.Le dió unas monedas a un artista callejero porque tocó la canción de Mal Momento que tanto le gustaba.
Ahora,haciendo esfuerzos supremos para recordar,David recuerda que Sebastian siempre le preguntaba cuanto dolor se debe sentir caer desde mucha altura,y entre diversas posibilidades,ambos se cagaban de la risa."Ni empedo me tiraría",concluían.
Aquella tarde-noche,arriba del club Mitre,entre el bullicio de transeúntes que por allí pasaban, Sebastian estaba como ido.Miraba hacia abajo como buscando una respuesta a aquello que le hacia mal,y a qué se sentiría caer desde lo alto...
"No quise tirarme,decile a mi vieja que no quise tirarme.Yo estaba pensando. No sé por qué me caí.No quise tirarme,decile eso",son las palabras de un hombre cincuentón que se quedó allí hasta que,40 minutos después,en vano,llegó la ambulancia.
"Todos los días sueño con él"dice su antigua amiga,que aquélla tarde lo cruzó."Quiero saber por qué lo hizo,que le pasaba",explica.
Todo ocurrió sin que nadie lo sepa,pensaban que era un pibe que simplemente estaba mal,pero nunca se imaginaron este final.Todo ocurrió en un abrir y cerrar de ojos...