De entrada lucía nerviosa.Si hasta le costó marcar la tarjeta sin contacto por el notable temblor de sus manos.
A pesar del paso del tiempo,pareciera como si aquello fuese reciente...Era una tarde típica de primavera:sol radiante,pero sin altas temperaturas,apenas unos 24 grados.Cielo celeste cubierto de nubes.
Pese a que no era un día de calor,Rocío Campos subió al colectivo empapada en sudor,y tras sacar boleto,se ubicó en uno de los asientos dobles,del lado de la ventanilla.
La muchacha miraba hacia la calle,destruída e icrédula.Era todo muy extraño,pero los pasajeros ensimismados,solo se limitaban a mirar,sin darle demasiada importancia...Sus piernas no dejaban de hacer un movimiento corto pero rápido,como el que hacemos al seguir el ritmo de una canción de nuestro agrado,o incluso de aquéllas que no lo son,pero tienen algo que las torna pegadizas,como wachiturros,o ganga style...
Martin Conti,de 22 años,venía en el asiento contiguo al de Rocío,y tras unos minutos de viaje,decidió retirarse hacia el último asiento.Un poco por lo incómodo de la situación,y otro tanto porque pronto debía descender.
Como para que lo que estaba por suceder cuadrase mejor con el clima,depronto se nubló,y no tardó mucho en comenzar a llover.
Algo así como un toro cuando ve el color rojo,fue la manera en que Rocio enfurecida,desquiciada,pero con certera confianza,se levantó y fue hacia donde estaba Martín.
-Vos me robaste la plata gil,devolveme la guita!!!
-¿¿qué??!!-alcanzó a contestar Martin.
Los médicos constataron que Martín Conti aquel día recibió 15 puñaladas.El peritaje policial incautó meses después el celular de Rocío y encontró un mensaje enviado a su novio en el que le contaba que le habían robado los 10 mil pesos ahorrados,pero que estaba siguiendo al chorro y se la iba a quitar.
En el juicio,tres meses después,para alivianar la sanción,Rocío confesó que en realidad el dinero lo había perdido en el casino,y que no se atrevía a volver a su casa y contárselo a su novio,y que...
A pesar de haber pedido libertad condicional por haber cumplido la mitad de los 60 años de prisión,los jueces no solo se la negaron,sino que ampliaron la condena a 80 años.
Martín,mi hijo no me escucha.Está en coma desde aquel día.Pero yo acabo de leerle la noticia y recordé todo lo que alcanzó a contarme.
Espero que me haya escuchado...
